Historias que naufragan

“Quiero transformar el dolor en justicia. Hay muchas historias maravillosas que naufragan y tenemos que luchar para impedirlo”, afirma con una voz firme que parece incompatible con su cuerpo menudo.

La historia de nuestra invitada arrancó en 2002 en Tánger, Marruecos: “Llegué con una maleta en la mano, en la otra llevaba a mi hijo Ernesto”. Helena Maleno (El Ejido, Almería, 1970) nació en el seno de una familia humilde de jornaleros: “Me crié con mis abuelos porque mis padres se divorciaron cuando era muy niña. Mi abuelo perteneció al movimiento anarquista jornalero, fue un luchador. Es mi referente”. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid decidió abandonar su profesión para viajar a Tánger y conocer a las mujeres que trabajan explotadas en maquilas. Pronto averiguó la situación de la emigración clandestina subsahariana y se propuso dar a conocer al mundo sus terribles historias. En aquella ciudad mestiza mezcla de cultura africana y europea comenzó su particular cruzada a favor de los más desfavorecidos.

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“Hay una constante vulneración de derechos humanos en nuestras fronteras. El control migratorio está por encima de la vida de las personas, esto es horrible”. Investigadora especialista en migraciones y trata de personas, además de activista de la ONG Caminando Fronteras, Maleno relata historias desgarradoras como la vivida la mañana del 6 de febrero de 2014 en la playa ceutí del Tarajal. Aquel intento de un grupo de subsaharianos por llegar a terreno europeo acabó con 15 fallecidos y una polvareda parlamentaria que puso en el punto de mira al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que tuvo que comparecer en el Congreso de los Diputados y dar explicaciones de lo ocurrido. Un año después, en marzo de este año, 16 guardias civiles acudieron por primera vez a un juzgado como imputados, habían utilizado material antidisturbios cuando los subsaharianos se encontraban en el agua. “Interior consintió lo ocurrido. Nuestros políticos han creado un discurso del miedo y del odio en torno al fenómeno migratorio, les resulta rentable”.

Lo ocurrido en Tarajal es solo una pequeña muestra del drama que viven miles de personas que llaman a nuestras fronteras. Según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) la gran mayoría de las 137.000 personas que cruzaron el mar Mediterráneo hacia Europa durante los seis primeros meses de 2015 huían de guerras, conflictos o persecución. El número de refugiados e inmigrantes muertos o desaparecidos en el mar en esos meses ha sido de 1.850 mientras que en el mismo período de 2014 fue de 590 personas. “Para hacer frente a esta situación creamos leyes que vulneran los derechos humanos. El Estado Español tiene responsabilidad sobre muchos de esos muertos, tenemos las manos manchadas de sangre”, ha denunciado.

Maleno también trabaja con víctimas de trata de personas. La trata es uno de los negocios ilegales más lucrativos. Según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) más de 20 millones de personas se ven obligadas a realizar trabajos forzados, incluyendo la explotación sexual. Las mujeres y niñas representan la mayoría de estas víctimas: 11.4 millones (55%) frente a los 9.5 millones (45%) de hombres y niños. “La trata de personas es el segundo negocio más lucrativo en muchos lugares del mundo, ha superado incluso al tráfico de armas. España está en los primeros puestos de países consumidores de prostitución con un 39%.”

 Su coraje y obstinación son sus mejores armas: “En España se dan situaciones muy crueles con los inmigrantes y nuestros políticos lo consienten. Aún así conseguimos cosas, las historias con final feliz nos hacen seguir adelante”.